lunes, 29 de noviembre de 2010

Un completo y perfecto Imbécil...


Quiero cometer el error mas grande del mundo, cual será ese?, no lo sé abra que ponderar dentro de todos lo más grandes errores, cual de ellos logra borrar la imagen de idiota que yo mismo he contribuido ha crear sobre mi. Es indescriptible lo que hoy he sentido, mas bien como me sentí, un perfecto hueón, es que ahora me cuadran las situaciones fragmentadas en mí cabeza, cada minuto se hacia eterno, cada palabra que entraba por mis oídos se entrelazaba con todo lo que en algún momento se imagino. Esta es la primera vez que he deseado tener un defecto, me hubiese encantado esta noche, sólo por esta noche, tener por lo menos algún grado de sordera, para no tener que oír lo evidente que ha sido mi estupidez, debí haberme largado desde el principio, pero quede congelado, sentía que todo a mí alrededor daba vueltas, que los minutos seguían su curso progresivo sin detenerse, Soledad Onetto seguía leyendo las noticias y yo ahí anestesiado, como anclado ha ese lugar sin poder mover ni un músculo. Me aguanto las ganas de llorar de impotencia, decepción, angustia, por la cresta hueón!. Pero todo esto se acabo, ya se pudrió todo por lo que había luchado y que creí que valía la pena, me cansé de mí ser, me harte de mí conciencia, me aburrí de mí estupidez, is time to change. Hoy se sepulta de una vez a ese hombre que batalló incansablemente por tratar de hacer lo correcto, el que intento robarte una sonrisa, el de las sorpresas inesperadas y detalles exclusivos, aquel que más de una vez y sin dudarlo se despersonalizo por ayudar, aquellas cosas que han sido ignoradas por todos y que muchos han hablado pero que nadie ha actuado. Al amanecer habré cruzado la calle y ya estaré caminando por otra vereda con rumbo fijo hacia lo incierto, espero recordar en detalle cada instante y momento que me trajo hasta hoy, para no volver a errar, no pienso mirar atrás, no busco detenerme, ignorar y continuar.

Estas líneas serán el ultimo vestigio de mi conciencia activa, no hay nada más que decir, nada que escribir, me voy para enfrentar esta vida llena de muertos y de caminos inciertos, que me hace suponer que el mundo gira al revés, que la vida no es más que una comedia, donde se ve la muerte como una tragedia, donde cada uno tiene su propia verdad, donde se refleja el amor en medio del mal, donde hay que vivir para morir, donde hay que sufrir para aprender, donde hay que crecer para madurar, donde hay que perder para valorar.


miércoles, 24 de noviembre de 2010

El tiempo pasa...


Observo el horizonte, pero sin verlo. La mirada y el pensamiento perdidos por la senda invisible de la duda, la angustia, la desazón. De pronto, parpadeo repetidamente, como si despertara de algún sueño, y me sorprende mi estado ausente. Tomo conciencia, ahora sí, de mí mismo, de dónde estoy. Y es que mi anterior estado meditativo me impedía incluso observar conscientemente lo que me rodeaba. Paso la mano por la pedregosa tierra donde estoy sentado, y por las hierbas y plantas que casi me camuflan en el paisaje. Es como si quisiera captar, por medio del tacto, algún misterioso mensaje que quisiera transmitirme la naturaleza. Así me parece sentirlo, o tal vez, venga desde mi propio interior, no lo sé. Pero algo está deseando “manifestarse”. Miro al frente, al infinito cielo que se abre ante mí. Los minutos pasan. Los colores cambian. Las tonalidades que van adquiriendo las nubes que observo recrean una singular paleta de colores de particular belleza. Cambian sus formas, su silueta. Se forman largos trazos de fino algodón.La luz que antes dominaba el día, ahora se transforma en palidez naranja, rosa, según pasan los minutos. ¿Cuánto tiempo llevaré aquí?

La noche se acerca para quedarse y expandir su oscuridad sobre la faz de la Tierra. Las primeras estrellas ya brillan tímidamente en el firmamento. Vuelvo a quedarme pensativo, pero ésta vez domino el hilo de mis reflexiones. No como estaba anteriormente, donde mis pensamientos fluctuaban, sin orden ni concierto. Pienso en el tiempo, en el transcurrir de los minutos, las horas, los días. Es algo activo, se mueve. Lo noto en todo aquello que observo y cómo ha ido cambiando, transformándose. Y lo comparo con mi posición observadora, estática. El contraste es evidente. Había visto cambios de color, de formas, de luz. Y yo seguía inmóvil.Saltó a mi mente el mensaje. Tenía que moverme, actuar, la naturaleza me lo mostraba. Tenía que evolucionar, seguir adelante, transformar mis días en activo andar, no sólo en estática observación. El tiempo, los minutos, los días, seguirían su actividad, no se pararían a esperar que terminen mis reflexiones, mis dudas, mis miedos. ¿Y si ése tiempo me separa, me aparta de aquello que más quiero?.

Y es que ahora tomo conciencia de que el tiempo transcurre hacia adelante. No puedo desear que vuelva a empezar el atardecer que ahora se difumina ante mí. Comprendo lo cruel, y real, de la expresión “perder el tiempo”. Lo que no haya hecho o dicho hoy, no lo puedo recuperar. Podré decirlo “más adelante”, pero no será, quizá, en el instante o momento deseado. Puede que en ése tiempo transcurrido hasta que actúo hayan sucedido cosas, momentos o sucesos que modifiquen mi presente, mi futuro.

Me resuelvo a aprender a actuar, a moverme mientras pienso. A no pararme en largos y profundos estados meditativos, de estática contemplación de mi realidad. Quisiera abandonar actitudes que frenan mi avance, mi evolución. Yo que tanto detesto la negatividad, el pesimismo, no puedo dejarme seducir por ellos y dejar que pasen mis días en inactividad física o emocional. Todas estas cosas las sé. Todos sabemos lo que es mejor para cada uno de nosotros. Por eso, la mayor de las batallas es decidirse a actuar, a luchar, y a cambiar nuestro estado de ánimo, desde dentro de nosotros mismos.

Me levanto resuelto de la observación sintetizada en éste atardecer, y decidido a cambiar mi ánimo. Mientras tanto voy pensando en la mejor receta para hacerlo. Puede que necesite como ingredientes un poco de Fe, esperanza, optimismo, buenas dosis de sonrisas, cariño, pero no mendigare afecto a nadie, quien se jacte con bellas palabras en afirmarlo, pues que lo demuestre. Y todo ello sazonado con paciencia e ilusión. Pues en parte comprendo; " Caminante no hay camino, se hace camino al andar".

sábado, 20 de noviembre de 2010

Vuelvo...


Retomando viejas costumbres, recogiendo retazos del ayer para formar de nuevo el puzzle de mí vida. Porque andar sobre tus pasos a veces es bueno, y salir de vez en cuando de tu mente para verlo todo desde fuera, necesario. Y es que con el tiempo las realidades se deforman, se enmarañan hasta que todo esta cubierto por un telo de incertidumbre y desconocimiento. Ya no existen porqués, nos movemos por inercia.
Cuando ves que lo que te mueve es lo que te envuelve, y no tus deseos, ni tampoco tus aspiraciones, ni mucho menos tus conveniencias, te mueves por inercia. Yo siento que ha llegado ese momento, en que ya no me muevo, me dejo llevar. Ha llegado el momento de recular, y se que no debo esperar, pues cuanto más se avanza, más difícil se hace volver hacia atrás. De nuevo la moraleja universal; acércate hasta que puedan verte, pero no hasta que puedan tocarte...

lunes, 15 de noviembre de 2010

sábado, 13 de noviembre de 2010

Tú...

Es la vida misma como el destello de una luz matinal... Como el resplandor del sol.
Eres la vida misma que el pasado quedo fusionado en mis pensamientos, en mis pensamientos llenos de tus recuerdo
que vivo a cada instante...
Eres la gloria de un nuevo amanecer, de un nuevo atardecer.
Pensando en ti...
Como lluvia ligera que moja tu cabello seco, como viento recio que mueve las nubes...
Como mirarte lejos y como mirarte cerca. Como no dejar de mirarte...
Solo es como pensar en ti... Es pensar en ti, sin tenerte.
Es la noche callada y hasta constelada.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Mí Nube...


Muchos días siento que voy por la vida con una nube personal que me sobrevuela. Adonde vaya me sigue y, como buena nube, me llueve, me nieva, me graniza, me truena. Se desplaza conmigo, persiguiéndome por doquier, alcanzándome con sus rayos y centellas, empapándome, enfermándome, deprimiéndome, ennegreciéndolo todo, entristeciéndome.
Corro cual maníaco cada día y no hay caso: No puedo encontrar lugar, nicho, recoveco, cueva, toldo o techo que me refugie de mi nube. Ni puedo salvarme de las lastimaduras que me genera. Solo yo la siento, la padezco. Nadie más que yo sufre por mi nube.

En algún punto – creo- nadie más la merece. Para mí, en mis peores días, la nube es invencible, inabarcable, infinita, eterna. La vivo, en parte, como si se tratara de una condena, de un castigo milenario, de magnitudes mitológicas. Soy una suerte de Prometeo atado a las rocas, condenado a padecer la cólera de Zeus por el resto de mis días.

Pero, otros días, veo; Que el piquete no me pasa sólo a mí, que hay otros y otras igualmente demorados en sus tareas, alienados en el subte, sin monedas para llamar, sin un peso a fin de mes. Que puedo elegir no sentarme debajo de la gotera que filtra en mi cuarto, que puedo apartarme y no hacerla el centro del universo, reconociéndola y al mismo tiempo, admirando todo lo que ya si salió bien, lo que ya si construí, lo que hoy tengo. Que siempre que llovió, paró y que la realidad no enferma, el que se enferma soy yo...

jueves, 11 de noviembre de 2010

Reflejos...


Me observo reflejado en el espejo sólo en la memoria del tiempo engreído, corro por bares azules y negros huyendo del monstruo más frío. No seré el león domado y dormido que carga en sus hombros el peso de éste cruel mundo como un Atlas, prefiero ser el lobo solitario que aúlla en medio de la noche. No me importa nada que no sea el todo, me siento mal por el polvo sin rostro que ríe sarcásticamente de mí. Soy el reflejo en el espejo donde se mira la soledad. Soy el hombre más horrible de todos. Viajo en el viento desconocido y quizás no entiendas lo que siento, no has visto mí imagen en tu espejo.

martes, 9 de noviembre de 2010

...

Está decidido, hoy es el día "D"

lunes, 8 de noviembre de 2010

Es algo que pienso día tras día, minuto a minuto, y me es tan fácil pensarlo pero a la hora de escribirlo no puedo, hay algo que confunde, entorpece y nubla todo tipo de razonamiento lógico que me permitiría describir lo que pienso y siento. Ahora trataré de hacer lo que pueda con esto, quiero sacarme de una vez esta carga pesada que llevo sobre mis hombros, escribir no es sólo un conjunto de letras que se van uniendo sucesiva y concadenadamente hasta formar un todo, es más que eso, es el registro de lo que siento, una radiografía de mí alma, un refugio. Vuelvo a caer, la verdad quise enterrarlo más de una vez, pero en las tumbas se entierran cuerpos, nunca destinos y lamentablemente, y sí, digo lamentable porque lo es, sigo pensando en alguna salida, me siento como un león enjaulado, aprisionado, siento que no me deja escapar…por qué!

Me desespera ésta necesidad de hablar, pero no con cualquier persona, sino con la correcta, la ideal, la que tengo en mí mente. Mis palabras se aglomeran y se van entremezclando unas con otras, duermo poco y pienso mucho, hablo poco y siento mucho. Necesito hablar, gritar a los 4 vientos todo de una vez, aunque me ridiculice, ya es suficiente, no me puedo hacer el tonto con esto, ocurre no es un sueño idílico.

domingo, 7 de noviembre de 2010

8-Nov.

La manera más fácil y rápida de perder algo, es quererlo demasiado. Lo que son las cosas, cuanto más temes perder a alguien, más sientes que lo estas perdiendo; No sé, tal vez sean meras pesadillas, rígidas imágenes que te formas en tú cabeza, pero hacen que la pases muy mal, hasta el punto de ser tú quien quieres mandar todo a la mierda. Dejar de luchar por la gente que ha penas te demuestra que esta ahí, que no sabe lo que te vendrá bien o mal, lo que te hará sentir bien o la persona más idiota del mundo, y así, hasta el punto de acabar con todo por miedo ha pasarla mal, a sentir decepción, soledad...