
Sip, me fui de viaje, he zarpado y estoy remando con dos grisines en un mar de dulce de leche repostero... remando, remando... y claro, en semejante mar azucarado y denso, avanzo poco, diría que casi nada. Pero sigo, le pongo todo el empeño que puedo, buscando un horizonte que por ahora se ve bastante lejano. En el bote llevo una cuchara, así que cada tanto me como un par de cucharadas. El azúcar levanta el ánimo dicen y que mejor que el dulce de leche, ese que comemos acá desde que nacemos y que nos acompaña hasta nuestro ultimo día. Por Dios, es tanto lo que aún me falta, quizás escribir me ayude a avanzar, o por lo menos a entretenerme mientras remo.
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